Los avances científicos y tecnológicos que han revolucionado las ciencias de la salud durante los últimos años han supuesto también un paso adelante en la odontología.
Un hecho que ha permitido caminar hacia una metodología de trabajo conocida como odontología mínimamente invasiva. Su objetivo principal es la máxima conservación de nuestros dientes desde el punto de vista de la prevención, el diagnóstico precoz y el uso de técnicas y tratamientos menos agresivos para la estructura dental.
Qué es odontología mínimamente invasiva
Frente a los métodos y las técnicas más tradicionales, la odontología mínimamente invasiva persigue la óptima salud de los dientes partiendo de dos pilares básicos: prevención y tratamientos más innovadores y menos agresivos para los tejidos. Es decir, entender la odontología desde el respeto por la biología y el tejido óseo. Así, esta disciplina defiende el valor orgánico de los dientes causando el mínimo trastorno al paciente en su día a día.
En este sentido juega un papel fundamental la comunicación entre el dentista y cada uno de sus pacientes.
Es importante inculcar acciones de prevención y trasmitir acciones que logran frenar hábitos negativos de salud oral. Hablamos de factores como la alimentación o hábitos como cepillado y las limpiezas bucales. Se tratan de prácticas que conviene interiorizar desde el primer día.
Beneficios de la odontología mínimamente invasiva
- El comienzo es establecer la visita a nuestra clínica dental de confianza como un proceso rutinario de prevención y no sólo de solución de problemas. Esta filosofía de la odontología mínimamente invasiva es todo un regalo para el bienestar y la salud del paciente.
- Entre los beneficios también destaca la reducción del miedo al dentista. Tradicionalmente ha rodeado al profesional odontológico una relación directa con la palabra dolor. Convertir la visita al dentista en un hábito positivo y continuado en nuestros controles rutinarios de salud es la solución. Además se ha demostrado que crece la confianza de los pacientes y mejora la imagen que tienen hacia la Odontología.
- La conservación de los dientes como principio básico también va ligado a los aspectos funcionales y estéticos de la boca. Los tratamientos conservadores y aspectos de prevención pueden, además, suponer un ahorro importante en el bolsillo. El uso de materiales como el composite posibilita técnicas respetuosas y alternativas para no dañar nuestros dientes.
Las 3 claves para entender la odontología mínimamente invasiva:
- Procurar la máxima conservación de la estructura del diente como objetivo primordial.
- Evitar los problemas bucodentales o, en su defecto, solucionarlos interviniendo lo menos posible.
- Optar por alternativas de tratamiento que sean respetuosas con la vida y larga permanencia de los dientes.
En Clínica Dental Zabala de Portugalete aplicamos la metodología de la odontología mínimamente invasiva. Si deseas solicitar más información consúltanos personalmente, a través de nuestro teléfono 94 462 54 00.