Nueve de cada diez españoles declara haber sufrido estrés en los últimos 12 meses. Así lo revela el Estudio de Salud y Estilo de Vida de AEGON, que se centra en el análisis del estado de salud, estilo de vida, hábitos y conductas relacionados con la salud y el bienestar emocional de los españoles en los últimos 12 meses. Por ello, en el post de hoy nos centraremos en cómo afecta el estrés en nuestra salud bucal.
Después de periodos de más ansiedad puede que te resulten familiares las apariciones de aftas, dolores en la mandíbula por tensar demasiado los músculos faciales o bien rechinar los dientes. Además, si el estrés es crónico, que perdura en el tiempo, las consecuencias son mayores, incluso pueden llevar a la pérdida de piezas dentales si no se actúa a tiempo.
Las principales afecciones en la salud bucal en épocas de estrés son:
- Lesiones en o alrededor de la boca como las aftas o el herpes labial. Las aftas son pequeñas manchas con centros blancos o grisáceos rodeados de bordes rojos dentro de la boca que pueden causar dolor al masticar o hablar. Las aftas no son contagiosas. El herpes labial (también llamado ampollas de fiebre) es doloroso, está lleno de líquido y con mayor frecuencia aparece fuera de la boca, en o cerca de los labios. El herpes labial se puede propagar fácilmente a otras personas. Se debe tener cuidado de no compartir utensilios o bebidas y de no llevarse la mano a la boca y luego tocar otras cosas.
- Rechinar o apretar los dientes (bruxismo). El estrés puede hacer que aprietes y rechines los dientes. Apretar o morder los dientes superiores e inferiores con fuerza ocurre principalmente durante las horas de vigilia. El rechinamiento es más común durante el sueño y ocurre cuando los dientes superiores e inferiores se frotan entre sí. Apretar y rechinar puede desgastar o astillar los dientes, causar dolor en la mandíbula y tensar los músculos de la cara.
- Caries dental y enfermedad de las encías. En algunos casos, las personas bajo estrés adoptan comportamientos poco saludables, como comer alimentos o bebidas con alto contenido de azúcar durante todo el día o saltarse el cepillado y el uso de hilo dental, que pueden aumentar su riesgo de enfermedades bucales.
PAUTAS PARA MEJORAR TU SALUD BUCAL:
- Alimentos saludables. Consume alimentos con fibra como los cereales o las legumbres. Elige frutas y verduras para picar entre horas y come alimentos ricos en fósforo como la carne, el pollo, el pescado, la leche o los huevos ya que te ayudarán a fortalecer los dientes. Siempre que puedas, evitar alimentos y bebidas con ácidos o con azucares. Además, bebe agua frecuentemente para mantener una adecuada hidratación.
- Refuerza tus hábitos de salud bucal. Recuerda cepillarte los dientes durante 2 minutos 3 veces al día o después de cada comida. De esta manera, eliminaremos el biofilm oral y podremos prevenir las complicaciones que nos puede causar su acumulación como la caries, halitosis o gingivitis.
- Cuida tu boca. Si rechinas o aprietas los dientes, habla con tu dentista sobre cómo obtener un protector de mordida para prevenir daños en los dientes, dolor en la mandíbula y dolor en los músculos faciales.
- Realiza controles periódicos con tu dentista. Las revisiones periódicas son la mejor garantía para conservar tu salud bucal en un óptimo estado. Mínimo una vez al año, te recomendamos programar una visita con tu especialista. De esta manera, revisarán tu boca y te harán una limpieza bucal profesional.
La prevención es el mejor remedio frente a las afecciones o enfermedades bucales.
Imagen: Alexander Krivitskiy en Unsplash