¿Es posible heredar los problemas dentales de tus padres o abuelos?, ¿en qué medida afecta el componente genético a nuestra salud bucodental? Esto es lo que nos contesta la ciencia respecto a la salud bucodental y la herencia de nuestros ancestros.
Problemas dentales hereditarios
En este sentido la Asociación Dental Americana (ADA) es clara: actualmente no existen pruebas genéticas para las dos enfermedades dentales más comunes, como son la caries y la enfermedad de las encías. Pero sí existen evidencias científicas sobre el papel que juega el componente genético en ciertas anomalías orales.
Según el libro Clinical Embryology «An Atlas of Congenital Malformations» (2009), el desarrollo de los dientes comienza a los 30 días de gestación y finaliza, aproximadamente, a los 19 años, con la erupción de las muelas del juicio.
Durante este largo periodo de tiempo es cuando pueden surgir problemas dentales hereditarios. Estos, pueden ser los siguientes:
Problemas dentales hereditarios
ANODONCIA
La mayoría de los adultos tenemos entre 28 y 32 dientes, pero algunas personas no llegan a desarrollarlos todos. Esa ausencia de uno o más dientes, ya sean temporales o definitivos, se conoce como anodoncia.
Esa ausencia es debida a problemas genéticos y se trata de piezas dentales que nunca han llegado a formarse. Por lo tanto, no hace referencia a su pérdida por traumatismos o caries, sino que pueden estar relacionados con factores genéticos, hereditarios, medioambientales o, por ejemplo, alteraciones durante el embarazo.
Podemos distinguir tres clases de anodoncia:
- La anodoncia parcial, hipodoncia o agenesia
Se trata de la ausencia de entre uno y cinco dientes. Es la patología más habitual y puede ser unilateral, afectando a un solo lado de la boca, o bilateral.
Además, la anodoncia parcial puede dividirse entre aislada, afectando a las muelas del juicio, segundos premolares o incisivos laterales superiores; anodoncia sectorial, que se localiza sobre un sector de la cavidad; y anodoncia dispersa, que afecta a varios cuadrantes.
- Oligodoncia
Indica ausencia de más de seis dientes.
- Anodoncia total
Marca la ausencia de la totalidad de piezas dentales. Puede ser unimaxilar o bimaxilar.
AMELOGÉNESIS IMPERFECTA
Según la web americana Medline Plus, la amelogénesis imperfecta se transmite de padres a hijos como un rasgo dominante, aunque pueden ocurrir nuevas alteraciones genéticas sin antecedentes familiares de esta enfermedad.
Se define como un trastorno que afecta a la estructura y la apariencia del esmalte de los dientes, provocando que estos sean inusualmente pequeños, descoloridos, picados o acanalados y propensos a un rápido desgaste y rotura con caries y pérdidas prematuras.
En este caso, existen cuatro tipos de amelogénesis imperfecta dependiendo de los síntomas y el tipo de defecto del esmalte:
Tipo I: con hipoplastia.
Tipo II: con hipomaduración.
Tipo III: con hipocalcificación.
Tipo IV: con hipoplasia. También conocido como taurodontismo.
DENTINOGÉNESIS IMPERFECTA
La dentinogénesis imperfecta se debe a una mutación del gen DSPP, que es el que proporciona instrucciones para el desarrollo de los dientes. Este gen es el encargado de indicar a las proteínas cómo deben formar la dentina. Y cuando se presenta una mutación de este gen, la dentina no se genera correctamente. De ahí que los dientes se vean decolorados, translúcidos o con una tonalidad azul-grisácea o amarilla-café.
Pero no solo afecta a su aspecto, sino que la DI puede volverlos más débiles, provocando que sean más propensos a roturas o desgaste.
La dentinogénesis imperfecta puede afectar tanto a los dientes de leche como a las piezas dentales definitivas.
LABIO Y PALADAR HENDIDO
Otro de los problemas dentales hereditarios es el labio y paladar hendido. Son defectos de nacimiento que se producen cuando el labio o la boca del bebé no se forman adecuadamente durante el embarazo. Estos defectos de nacimiento a menudo se conocen de manera conjunta como ‘hendiduras orofaciales’”.
Durante el desarrollo del bebé en el embarazo, los tejidos de su cuerpo y unas células especiales a cada lado de la cabeza crecen hacia el centro de la cara y se unen para formar su cara. La unión de estos tejidos forma los rasgos faciales como los labios y la boca. El labio hendido se produce cuando el tejido que forma los labios no se une completamente antes del nacimiento. Esto ocasiona una abertura en el labio superior.
En el caso del paladar, se forma entre las semanas 6 y 9 del embarazo. El paladar hendido se produce cuando el tejido que forma el paladar no se une completamente durante el embarazo.
Además, hasta que estas patologías se solucionan a través de la cirugía, pueden provocar los siguientes problemas a los niños:
Habla: de no solucionarse con cirugía, el labio y el paladar hendido pueden afectar al habla cuando el niño es mayor.
Alimentación: durante la lactancia materna o la toma del biberón, el bebé puede tener dificultades con la lactancia materna o con el biberón, porque su boca no puede formar un sello.
Audición: algunos bebés con labio leporino o paladar hendido tienen un mayor riesgo de infecciones de oído y oído pegajoso (acumulación de líquido en el oído), afectando en la audición.
Problemas dentales: por un desarrollo incorrecto de sus piezas dentales.
Por lo tanto, los problemas dentales pueden ser hereditarios en determinados casos, pero no debemos olvidar los factores medioambientales, como el tabaco o el alcohol, o los hábitos de higiene dental.
Fuente: https://gacetadental.com/
Imagen: Photo by Isaac Quesada on Unsplash